Hoy voy a rescatar esas pequeñas cosas
que nos hacen ser grandes, esos pequeños momentos que nos hacen ser
mas fuertes. Esos precisos instantes en los que te das cuenta de que
no puedes abandonar el juego como siempre has hecho porque la apuesta
es demasiado grande para rechazarla simplemente por no hacer un
pequeño esfuerzo. Aveces lo mejor es pararse a pensar en las
palabras que salieron de su boca y ver que solo resuena sinceridad y
amor. Deja de tener recelo o miedo de creer que realmente ella te
ama.
Somos como dos gacelas por la sabana
corriendo una detrás de la otra, jugando como niñas pequeñas, y
cayendo al suelo tantas veces como sea posible, porque es así el
amor.
El amor son esas cosas que sientes
dentro de ti pero que no puedes definirlas en una palabra porque
siempre se quedaría corto con lo que realmente quieres demostrar.
Esa sensación de arder en el infierno y querer morir cuando discutes
con ella, pero también es esa tristeza tan negra que se aclara de
repente cuando ves que no es tan malo, que podéis volver a ser una.
El amor que nos une nos hace sentirnos fuertes a todo impulso, a toda
ola gigante, a toda tormenta pero a la vez somos tan frágiles...
Y de repente, llega de nuevo el verano...
No hay comentarios:
Publicar un comentario