Callo lo que piensas, piensas que me
callo.
Sueño lo que tu deseas, deseas que yo
sueñe cada noche.
Contemplo tu belleza, mi belleza te
abruma mientras me contemplas.
Grito alto para tus oídos, y tus
palabras se hacen música para mis sentidos.
Tu cuerpo es perfecto, el mío es una
vieja escarcha marcada en una rosa negra.
Tu un clavel, yo la tierra que provoca
tu sed de deseo.
Una armonía imponente que nos separa.
Tu blanco, yo negro.
Ella suave como el algodón, yo áspera
como la piel del reptil.
Cálida, duerme plácidamente,
tranquila, yo fría como el hielo, oscura como la noche.
Dos alas batiendo dentro de mi cabeza.
Un rallo de luz, un atardecer de
Junio...
Un suicidio y un reencuentro.
Un amor contrario.
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